lunes, 28 de noviembre de 2016

Mi mamá dice...

Más allá de cualquier órgano está nuestra alma, aquello que construimos a lo largo del tiempo aquel pedazo de tinta indeleble del cual formamos parte. Mi madre dice que si me porto bien esa pequeña partícula mía que nadie más ve se irá con aquel señor que vive a la vuelta de la esquina y que todos los domingos se para debajo de campanario, según mi madre, a esperar a dios.

Entonces un día le pregunté - ¿quién es ese señor y porqué nadie lo ve? - en aquella época aun no comprendía muchas cosas entonces mi madre se dedicó los siguientes días a explicarme quien era y por qué no podemos verlo, me dijo que ese hombre nos creó a todos y todo aquello que podía ver, por cierto, se llama Dios - que nombre más guay - también me dijo que todas las noches antes de dormir debo platicar con él, pedirle cosas buenas y contarle como me siento porque si él ve que soy bueno entonces me ayudará.

Pero hay algo que no me gusta de él, mi mamá dice que si me porto mal aquel hombre no me llevará con él. Mi mamá me habló de las reglas que nos puso y que debemos seguirlas al pie de la letra o él nos mandará con aquel hombre rojo que se esconde debajo de mi cama - entonces es como tú que me mandas a mi habitación porque me porto mal, pero él nos castiga para siempre y nos manda con ese hombre que no nos quiere - no me gusta que sea así, intentaré ser bueno. Si al final no consigo hacerlo del todo, no quiero que me mande con aquel hombre rojo, él me asusta.

Una tarde después de llegar del colegio le pregunté a mi mamá sobre algo que había visto en el parque - Mami si me enamoro de un chico ¿Dios me seguirá queriendo? - no me contestó se enojó mucho y me mandó castigado a mi habitación. Antes de azotar la puerta me gritó - ¡No pienses en esas pendej***s yo no te crie así! después de ese episodio me puse a llorar toda la tarde, no salí hasta el otro día de mi habitación, me quedé encerrado un día entero pensando en que tal vez Dios jamás me querría y nunca debía decirle a mi pequeño compañerito que le quería.


Ahora pienso que tal vez Dios si me quiere, aunque mi madre dice que me odia, pero siempre he pensado que él es como mi madre que dice odiarme pero en el fondo sé que me quiere, lo veo en sus ojos. 
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