viernes, 11 de diciembre de 2015

Toda buena historia tiene un poco de fantasía

La Dama del Sur

Mucho tiempo antes de aquel verano, y mucho antes de la desolación, existieron dos Reinos. Yo vivía en el Reino del norte, donde la prosperidad, la bondad y la tranquilidad burbujeaban con furor, y como es de imaginarse también existía el Reino del Sur, donde por doquiera que se pisara siempre había esa luz protectora y una paz que penetraba tus huesos. Mis padres gobernaban el Reino del norte y habían dos princesas y un príncipe; el Reino del Sur era gobernado por la bella y dulce Dama del Sur, se dice que tuvo varios príncipes a lo largo de su vida pero en lo personal solo he conocido a dos de ellos aunque no los conozca pienso que los demás están vagando por el mundo encontrándose a sí mismos.
Yo, El pequeño Príncipe del Norte de tan solo 7 años, en ese entonces no sabía de la existencia de aquel maravilloso Reino si no fue hasta que la tranquilidad se nos fue arrebatada por varios días. Una tranquila y juguetona noche la Princesa Mayor le dijo a su hermana:
-Tal vez mañana ya no me encuentres aquí al regresar de la escuela.
La no tan pequeña adolescente preguntó -¿Te vas de la casa?- aunque en ese entonces yo lo consideraba un Reino, un castillo.
- Tal vez papá me corra de la casa- dijo con esa voz triste y desanimada.
La hermana menor no dijo nada más, ella como toda adolescente acostumbrada a las tradiciones de la región, supo muy bien las razones por las cuales un padre hecha a su hija de la casa, aunque para ese entonces la hermana mayor ya podía ser libre he independizarse ella sola sin problemas.
En aquellos tiempos, cuando estábamos muy rezagados de la urbanización, el pecado más grande que se podía cometer era, y en muchos otros Reinos sigue siendo igual hasta estos tiempos, quedar embarazada aún siendo soltera y gracias al gran amor de mis padres a sus hijos la princesa mayor no fue echada de su casa aquel día.
Gracias a Dios, al destino o a lo que tú quieras llamarle, la princesa mayor se enamoró del último de los hijos de la bella Dama del Sur. El Reino del Norte junto con el Reino del Sur hicieron un pacto, una alianza estratégica con sabor a pecado y olor a amor, donde la princesa, llamada Lis por cierto, tendría que casarse en un período a dos años con el príncipe y mientras la boda se acercara ellos vivirían juntos.
Así es como se resuelven las cosas en esta alejada región, les puedo asegurar que la Princesa Lis no estaba del todo segura de si casarse o no pero tenía que atenerse a las órdenes del Rey.Y así es como yo conocí a la Dama del Sur, gracias a la Princesa Lis una de las mejores hermanas. A partir de ese pacto la paz entre los dos Reinos se restableció y vivieron felices, al menos hasta que la Dama del Sur siguió con viva.





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jueves, 10 de diciembre de 2015

Un buen comienzo para una buena historia

El árbol de flores amarillas


En un pequeño pueblo alejado de la urbanización del mundo existe un gran árbol. No puedo decir con exactitud a que tipo de planta pertenece o cuantos años lleva en pie pero de lo que si estoy seguro es que ha visto muchas historias al pasar de los años.
El inconmensurable árbol tiene algo especial que me encanta, no es su inmenso tamaño ni tampoco su bello tronco tapizado de vejez, esa vejez que sólo los árboles viejos suelen tener esas grietas tan hermosas y toda aquella corteza que se desprende de ella, no fue nada de eso simplemente fue su fulgor en verano y no me refiero a cualquier verano, si no aquel dónde mi historia comienza.
El árbol de flores amarillas no da flores todo el año ni tampoco tiene hojas verdes todo el año, simplemente durante el verano empieza el revoloteo de la danza más hermosa de flores de toda la región. A finales de Abril el Gran Árbol de Flores Amarillas comienza a perder sus finas y delicadas hojas verdes creando a su paso un tapiz café de hojas caídas. A mediados de Mayo, cuando el árbol está completamente desnudo, empiezan a nacer pequeñas flores de las ramas solitarias. Para Junio todo el árbol está lleno de flores amarillas y tan solo una semana después se puede apreciar un nuevo tapiz en el suelo pero ahora no es café si no es de ese color tan amarillo de la copa del árbol que hasta se puede decir que del suelo nacen flores tan bellas como las que nacen en el aire. Y  para finales de Julio el Gran Árbol de Flores Amarillas comienza a perder la belleza del amarillo por que sus flores relucientes empiezan a caer y tan solo en sus ramas se puede divisar sus alargados huevos, yo les digo huevos por que dentro de ellos contienen miles de semillas tan delgadas y con orejas tan grandes que le permiten volar durante su caída. Para finales de agosto cuando el frío y el viento del otoño comienza a hacer presencia sus huevos, que son casi iguales a los guajes pero más alargados, se abren y comienza el espectáculo de aviones más hermoso en el año.
Durante Junio de aquel año, cuando las flores estaban en su auge, la repentina llamada del cambio junto a la felicidad llegaron a la puerta pero desgraciadamente la felicidad no se quedó por mucho.
Aún recuerdo esas flores caer y aún recuerdo las risas de la gran familia feliz que poseía en aquel Junio, en aquellos tiempos donde la inocencia reinaba mi corazón y la familia perfecta era lo que siempre debió ser, una familia completamente feliz.

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