jueves, 10 de diciembre de 2015

Un buen comienzo para una buena historia

El árbol de flores amarillas


En un pequeño pueblo alejado de la urbanización del mundo existe un gran árbol. No puedo decir con exactitud a que tipo de planta pertenece o cuantos años lleva en pie pero de lo que si estoy seguro es que ha visto muchas historias al pasar de los años.
El inconmensurable árbol tiene algo especial que me encanta, no es su inmenso tamaño ni tampoco su bello tronco tapizado de vejez, esa vejez que sólo los árboles viejos suelen tener esas grietas tan hermosas y toda aquella corteza que se desprende de ella, no fue nada de eso simplemente fue su fulgor en verano y no me refiero a cualquier verano, si no aquel dónde mi historia comienza.
El árbol de flores amarillas no da flores todo el año ni tampoco tiene hojas verdes todo el año, simplemente durante el verano empieza el revoloteo de la danza más hermosa de flores de toda la región. A finales de Abril el Gran Árbol de Flores Amarillas comienza a perder sus finas y delicadas hojas verdes creando a su paso un tapiz café de hojas caídas. A mediados de Mayo, cuando el árbol está completamente desnudo, empiezan a nacer pequeñas flores de las ramas solitarias. Para Junio todo el árbol está lleno de flores amarillas y tan solo una semana después se puede apreciar un nuevo tapiz en el suelo pero ahora no es café si no es de ese color tan amarillo de la copa del árbol que hasta se puede decir que del suelo nacen flores tan bellas como las que nacen en el aire. Y  para finales de Julio el Gran Árbol de Flores Amarillas comienza a perder la belleza del amarillo por que sus flores relucientes empiezan a caer y tan solo en sus ramas se puede divisar sus alargados huevos, yo les digo huevos por que dentro de ellos contienen miles de semillas tan delgadas y con orejas tan grandes que le permiten volar durante su caída. Para finales de agosto cuando el frío y el viento del otoño comienza a hacer presencia sus huevos, que son casi iguales a los guajes pero más alargados, se abren y comienza el espectáculo de aviones más hermoso en el año.
Durante Junio de aquel año, cuando las flores estaban en su auge, la repentina llamada del cambio junto a la felicidad llegaron a la puerta pero desgraciadamente la felicidad no se quedó por mucho.
Aún recuerdo esas flores caer y aún recuerdo las risas de la gran familia feliz que poseía en aquel Junio, en aquellos tiempos donde la inocencia reinaba mi corazón y la familia perfecta era lo que siempre debió ser, una familia completamente feliz.

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